Prólogo

El veinte de agosto de 1998, una voz rompió el silencio del primer recital de poesía del Centro Cultural de Santa Colomba de Somoza: “yo quiero leer uno mío”. La voz era de Mari Paz, y acto seguido nos leyó un poema que apenas recuerdo, aunque sí recuerdo como aplaudimos cuando terminó de leer. Fue mi primera toma de contacto con la poesía de Mari Paz Martínez Alonso, y me place poder decir que sigo en contacto con sus poemas.

 

Cuando Mari Paz me pidió que escribiera el prólogo para su poemario tuve reacciones mixtas. Por un lado, me pareció un compromiso difícil de cumplir porque ¿qué podía yo aportar? Por otro lado, sin embargo, pensé en la confianza que ella estaba depositando en mí y en nuestros largos años de amistad. Y fueron estos últimos sentimientos los que triunfaron y aquí estoy, preparando un prólogo para De musgo y piedra.

 

Yo siempre he dicho que los poemas se saben valer por sí mismos, con lo que quiero decir que no necesitan desgloses ni explicaciones. Son entes independientes incluso de su autor, ya que una vez escritos toman vida propia en la mente de quienes los leen. Esto es especialmente cierto para los poemas de Mari Paz. Las tres secciones en la que divide el poemario están tituladas muy descriptivamente: 1. Paisajes que me riman, 2. Los muros que nos apresan, y 3. Vida, muerte y otras cruzadas. Por lo tanto, este prólogo no va a ser un análisis detallado de los poemas que componen este libro.

 

En cambio, sí merece la pena comentar la temática de los poemas aquí reunidos, de la inspiración y de las inquietudes que llevaron a su creación. ¿Y dónde empezar mejor que en Santa Colomba, el pueblo que la vio nacer y criarse, el pueblo que durante años ha sido su hogar y también el silente testigo de sus alegrías y desgracias?

 

En esta tierra que me brindó la vida

Y me mostró su más amarga corteza

Donde todos mis demonios habitan

Escondidos tras su belleza.

(Esta Tierra)

 

En Santa Colomba (en “el pueblo”, que dice ella) y su entorno encuentra sus primeras experiencias poéticas observando la belleza de los paisajes y lugares que la rodean. Pero también sus gentes.

 

Contemplan sus ojos azules un mundo

Cambiante que le desconcierta.

Afianzado en su asiento centenario de piedra

Masculla palabras que no entiende

Impresas en las cotidianas tiradas de prensa.

(El Anciano)

 

      

Los poemas de Mari Paz transmiten la fuerza y la resistencia ante la adversidad que son las características de la autora, esa ira mezclada con miedo que supera a base de esfuerzo.

Dominar el miedo inacabable

Que me habita con furia por dentro

Y declara que no me abandona.

(Aprender)

 

Pero también asoma entre sus versos una Mari Paz débil, confusa y perdida:

 

Ocurrió que siempre fui una frágil chiquilla

Viviendo otra vida a través del relato,

Oculta siempre tras las páginas de algún libro

Que capítulo a capítulo me han cobijado.

(A salvo en Macondo)

 

Ésta es la Mari Paz que ofrece su apoyo incondicional a sus amigos, a sus sobrinos, a su familia, la Mari Paz que siempre está para los demás, pero que también acepta que nos necesita.

 

Eres refugio con vistas al mar,

Cálido abrazo y beso en la frente,

La almohada en la que recostada, a veces,

Me permito llorar.

(Amigo)

 

No más preámbulos. Estos poemas son para disfrutarlos y para los que no conozcáis a Mari Paz, para descubrirla entre sus versos.

 

 

Richard García Nye

 

Serendipias

Paz Martínez

 

 

Miss Moon

Luis Ferrero Litrán

 

Memoria de las mujeres

Sol Gómez Arteaga

 

Mambrú no fue a la guerra

Joaquín Fernández de Angulo

 

Heridas que no cicatrizan

Ana María Campelo López

 

Desandando. Una enciclopedia abierta

Alicia García y Pablo Juárez

 

Cervantes y la ternura humorística

Eduardo Aguirre Romero

 

La primavera y el titán

Antonio Monterrubio

 

Notas de un sueño

Nacho Diez-Santos

 

Cartero rural

Abel Aparicio

 

Ramiro II. Un rey inesperado (900-950)

Arturo García Aragón

 

Robinsonas de tierra adentro

Gema Villa y Pilo Gallizo

 

Las flores del calabacín

Rubén Fauno

 

La historia cubana de América

Teodoro Rodríguez Martín

 

Por qué los girasoles miran hacia el sol

Javier Pérez Fernández

 

Be(r)sos apóstatas

Javi Morán

 

Los GRAPO contra el Estado

Jonatan Rodrigues López

 

Tiempo de vilano

Sol Gómez Arteaga

 

Conquistar el pan y la libertad

Alejandro Martínez Rodríguez

 

Azucarera Santa Elvira

Cony Salomón

 

Minería del wolframio

Diego Castro Franco

 

17 Diversas

VV.AA.

 

Reflejos de luz y oscuridad

Ana Martín Álvarez

 

Querencia recíproca

Marcelo Tettamanti

 

El envés de los días

Antonio Toribios

 

Dakovika

Bruno Marcos

 

Libro de reclamaciones

Isabel Llanos

 

Trazos de sombra

Sol Gómez Arteaga

 

Las luces de Oita

Luis Ferrero Litrán

 

En son de paz

Paz Martínez y Moncho Otero

 

La primavera antifranquista

Alejandro Martínez Rodríguez

 

El bosque de las ánimas

Coral Puente

 

Marcha negra. Acordeón clásico

Norberto Magín

 

 

¿Donde está nuestro pan?

Abel Aparicio

 

 

El vuelo de Martín

Sol Gómez Arteaga

 

 

Me sobra el corazón

Isamil9 & Mil9 ColectivoLiterario

 

 

Arriería Maragata. Conducción de caudales

Esteban Carro Celada

 

 

La palabra empeñada

Carlos Balacera

 

 

Valle durmiente

Víctor M. Díez

 

 

¡Y dale Timoteo con el tintineo!

Ana Martínez Ferrero

 

 

La vida la pasar

Eloy Rubio Carro

 

 

En los márgenes del tiempo

María Paz Martínez Alonso

 

 

25 Años BRIF. Un relato forjado a fuego

María Antonia Reinares (Documental: Javier Galán)

 

 

Escríbalo yo, léalo el diablo

Carlos Balacera

 

 

Hylas. Al sur de la mirada

Miguel Escanciano

 

 

Y si la noche no espera

Charo Ruano & Juanvi Sánchez

 

 

Párvula nAnAs

Isamil9

 

 

¿Me das un beso?

Arturo Abad y Patricia Gutiérrez

 

 

El proyecto Bidón y Los Catalinos

César Núñez

 

 

#HayQueSeguirCantando

El Solito Trovador

 

 

Ser o no ser

Javi Morán

 

 

De musgo y piedra

María Paz Martínez Alonso

 

 

Tiempos extremos

José Álvarez González

 

 

Las horas vivas

Ángel García Alonso

 

 

Pequeño universo sonoro

Polaroids

 

 

Astorga Rock

Jesús Palmero (ed.), Ricardo García y Javier del Otero

 

 

Alboradas en los zurrones del pastor

Abel Aparicio

 

 

Tiemblos

Ángel García Alonso

 


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